domingo, 13 de septiembre de 2015

Tres con diez

En el fútbol las matemáticas nunca son exactas. Tampoco la lógica. Me explico: uno no vale siempre uno. A veces uno puede valer tres o seis. Las Palmas empató contra el Celta de Vigo en Balaídos. Si un seguidor de la Unión Deportiva no vio el partido y solo conoce el marcador dirá que está bien, que un empate fuera de casa es un buen resultado; pero no se imagina lo que vale realmente ese punto.
Los tres goles de Las Palmas fueron marcados con un jugador menos y cuando cualquier otro equipo se hubiera desmoronado anímicamente. Y no por quedarse con diez jugadores sino porque primero había un dos cero en contra, y cuando lograron marcar el Celta sumó otro gol y se colocó con un tres a uno que yo creo que nos dejó a casi todos asumiendo una justificada derrota. Pero los jugadores no se dieron por vencidos y tuvimos un portero que hoy se ha consagrado definitivamente. Si se confiaba en Raúl era porque el cuerpo técnico, con Cicovic y Paco Herrera a la cabeza, tenía claro que llegaría a ser un buen portero de Primera División. También se han cargado de confianza aquellos jugadores que hasta ahora no conocían la Liga de las estrellas. Ya han podido comprobar que ellos también forman parte de esa supuesta condición sideral del fútbol. Marcaron dos goles más con diez jugadores y tuvieron al Celta contra las cuerdas hasta el final del partido. Qué lástima los dos contraataques finales que no se convirtieron en gol cuando ya habíamos empatado a tres. Vuelvo a los guarismos y recuerdo el cuatro para dos en el que Wakaso conducía el balón. Pero este empate, como decía al principio, vale más que un punto. Creo que se acaban las dudas de los pesimistas y de los que decían que este equipo solo iba a recibir goleadas en Primera. Y el Celta no es un equipo del montón. Tres con diez, sin decimales, gol a gol como en esas historias en las que va sucediendo lo que nosotros deseamos. Ni en el mejor de nuestros sueños podíamos imaginar un final así cuando nos ganaban dos a cero con un jugador menos. Pero repito lo que escribía hace un rato: en el fútbol no hay matemáticas, ni lógica, ni pronóstico que valga. Agradezco a los jugadores el esfuerzo y las ganas que han puesto para que nosotros podamos seguir soñando.

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